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LA UNESCO EVALUARÁ El L PROYECTO DE XEOPARQUE CABO ORTEGAL ENTRE EL 28 Y EL 31 DE AGOSTO

El Proyecto de Xeoparque Cabo Ortegal vivirá en cuestión de días su momento más trascendente. Después de siete años de trabajo y tras ser designado en 2021 uno de los dos territorios del Estado que aspiran a obtener el distintivo internacional, finalmente será entre los días 28 y 31 de agosto cuando la candidatura se someta a la evaluación de campo por parte de la Unesco. La misión estará encabezada por el británico Chris Woodley-Stewart, director del Xeoparque North Pennines, acompañado del uruguayo César Goso, director científico del Xeoparque Grutas de él Palacio.

Ambos expertos designados por la organismo internacional llegarán en el atardecer del sábado 27 y desde primeras horas del domingo hasta el mediodía del miércoles 31 visitarán distintos puntos de los siete ayuntamientos para analizar la madurez del proyecto desde la óptica de su exclusividad geológica y de como la Asociación para la Gestión del Xeoparque del Cabo Ortegal está tomando como base ese valor de cara a promover un desarrollo local sostenible.

La jornada del domingo 28 de agosto se iniciará la primera hora de la mañana con un encuentro de trabajo en Cedeira que irá sucesivo el resto del día de un recorrido por la faja costera del territorio entre Valdoviño y los acantilados de Herbeira. En el programa se incluyen contenidos geológicos, patrimoniales y de desarrollo, como son, por ejemplo, los encuentros con el sector pesquero, las paradas en el Océano Surf Museo y en la playa de la Frouxeira -que acoge en esa fecha el Campeonato de España de Surf- o la visita al Museo Mares de Cedeira.

El lunes 29 la visita se trasladará a las tierras del interior -San Sadurniño, Moeche y Cerdido- combinando de nuevo aspectos destacados de la geología -el bloque granítico del Forgoselo, las canteras de toelo y las antiguas minas de cobre de Moeche y Cerdido- junto con la explicación del patrimonio cultural material e inmaterial que se está dinamizando desde lo proyecto en relación con el turismo.

En este segundo día de la evaluación también están previstas reuniones con el tejido vecinal y deportivo y, además, los representantes de la Unesco conocerán el Centro de transformación agroalimentaria A Fusquenlla y otras experiencias orientadas a la sostenibilidad agrícola y ganadera.

El martes 30 el itinerario de evaluación volverá a la costa con un plan de trabajo que atenderá a los vestigios del vulcanismo presentes en el litoral de Loiba y Espasante (Ortigueira), pero también a las surgencias de ecloxitas del Complejo de Cabo Ortegal. De hecho, el cabo cariñés, la zona de Couce del Penido y la península de Masanteo-Isla de San Vicente, son tres de los Geosites con los que cuenta el proyecto. Los Geosites son lugares geológicos de relevancia internacional por su exclusividad. La Unesco establece que para llegar a ser xeoparque es necesario contar con por lo menos uno de estos espacios. En los 799 Km2 del ámbito terrestre y marítimo del proyecto del Cabo Ortegal hay catalogados seis y otros dos podrían sello en breve.

Al otro lado de estas materias, el recorrido también analizará distintas iniciativas en marcha en apoyo del turismo, la cultura y la difusión educativa y científica del proyecto. También se abordarán los programas de conservación del patrimonio natural, así como la importancia de la ganadería, el forestal y la transformación de los productos del mar para la economía local.

En la tarde del martes está previsto un acto de despedida en el faro de Cabo Ortegal a lo que asistirán la regidora y los regidores de los siete ayuntamientos promotores -Cariño, Cedeira, Cerdido, Moeche, Ortigueira, San Sadurniño y Valdoviño-, además de representantes de la Diputación de A Coruña, de la Xunta de Galicia y de la Delegación del Gobierno.

El miércoles 31, último día de la estadía de los evaluadores, la Unesco marca la realización de una reunión final con el equipo de gestión del proyecto de cara a hacer un balance de la visita en el que los expertos pueden formular distintas recomendaciones pero en ningún caso avanzar nada sobre cual va a ser su valoración, que se hará siguiendo un amplio listado de ítems relacionados con los valores geológicos y, sobre todo, con el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible del territorio.

Si se cumplen los plazos, el tasador sénior Chris Woodley-Stewart y el evaluador júnior César Goso -la Unesco siempre envía a las misiones dos personas con distintos grados de experiencia- elaborarán el informe correspondiente a lo largo de septiembre o primeros de octubre. Luego se lo remitirán al Consejo de Xeoparques Mundiales, quien propondrá el otorgamiento o denegación del distintivo Unesco Global Geopark. La propuesta deberá ser ratificada por la Dirección General de la Unesco y elevada la definitiva por el Consejo Ejecutivo de este organismo dependiente de la ONU, algo que seguramente no se produciría antes de la primavera de 2023.

Expectación y tranquilidad

Se espera la llegada de los evaluadores internacionales «con gran entusiasmo» por parte de la Asociación para la Gestión del Xeoparque del Cabo Ortegal, tal y como aseguró su presidente y alcalde de Cariño, José Miguel Alonso Pumar. «Los siete ayuntamientos y todo el equipo técnico que lleva preparando este proyecto en los últimos años encaramos con optimismo este momento. Se trabajó mucho para presentar una candidatura muy sólida», aseguró.

Sin embargo, consciente del alto grado de exigencia de la Unesco a la hora de verificar los requisitos que darían acceso a la red de xeoparques mundiales, el regidor de Cariño muéstrase prudente: «no queremos caer en triunfalismos, pero sí tenemos la autoestima alta y el convencimiento de que podemos hacerlo bien».

José Miguel Alonso destaca, entre otros valores, «la excepcional y única geología que tenemos» a los que se suman paisaje, saberes, cultura, turismo, patrimonio, servicios y productos locales «y un proyecto integral e integrador de desarrollo sostenible» que la asociación gestora espera poder trasladar a los evaluadores en apenas cuatro días. «Afrontamos la evaluación de la Unesco con tranquilidad, con los pies en la tierra, con modestia pero con la confianza de que podemos hacer algo grande que está llamado a cambiar el futuro del territorio», concluyó Alonso Pumar.